Definimos anteriormente al vaginismo, como el estrechamiento o cierre de la vagina en un acto reflejo e inconsciente donde los músculos de la vagina se tensan y contraen, generando mucho dolor y molestía ante cualquier tipo de penetración. Debido a lo cual, no existe espacio para la relación sexual coital y mucho menos para el goce a través de ella.
Cómo este tipo de trastornos no son muy usuales las personas que lo padecen no saben muy bien qué hacer, ni cómo abordarlo. Es por esto que generalmente no llegan directamente con profesionales especialistas en el tema y pasa mucho tiempo hasta que encuentran solución, a su padecer y en el entretanto experimentan mucho sufrimiento y confusión. En Cherry-pop sexshop queremos evitar este arduo y complejo camino lleno de preguntas y falta de respuestas y te mostraremos qué debes hacer si sufres de vaginismo.
Lo primero es lo primero siempre es bueno comenzar con un buen diagnóstico que busque la causa subyacente a tú problema de vaginismo en particular. Para eso, es bueno recurrir a un profesional especialista en temas de sexología o que cuente con experiencia con casos anteriores.
Puedes buscar médicos-urólogos, psiquiatras y psicólogos especialistas en el tema. Cualquiera de estos tres es un buen punto de partida y generalmente necesitarás la mirada de los tres para tener un diagnóstico claro.
COMPLEMENTANDO LA AYUDA TERAPÉUTICA PARA EL VAGINISMO. TE SUGERIMOS;
Una serie de dilatadores de diferentes tamaños que vienen en un formato de unos delgados tubos cilíndricos. Son especiales para que las personas que padecen de este tema puedan ir acostumbrando progresivamente a la vagina a ir dilatándose a través de la penetración y en conjunto reduciendo poco a poco el malestar, dolor o sensaciones asociadas.
Progresivos porque vienen diferentes formatos y tamaños y el tratamiento va de menos a más; se comienza con la medida más delgada y en la medida en la que se genera una buena recepción se comienza a aumentar el grosor.
La terapia con dilatadores puede durar semanas o meses y se recomienda que sea asesorada por un especialista o que tenga el seguimiento adecuado
¿Por qué? Porque a la par se trabajará con la técnica de exposición a estímulos que generan dolor o malestar.
En este tipo de trastornos las asociaciones respecto a la penetración ya están instaladas y lo más probable es que al pensar en introducir el más mínimo objeto surjan inmediatamente emociones como la ansiedad, el miedo y la inseguridad.
Las técnica de desensibilización sistemática (reconocer y superar los miedos paso a paso hasta lograr que el evento deje de generar ansiedad o aversión) y un buen lubricante pueden ayudar mucho en este proceso.
Muchas personas que padecen vaginismo han tenido una educación o tienen ideas muy represivas, han vivido situaciones traumáticas que tiñen sus experiencias sexuales o sufren miedo a la penetración o miedo a quedar embarazadas, lo que hace que somatizen en el área genital provocando la rigidez de sus músculos vaginales.
El tener un espacio para hablar de estos miedos, experiencias, destrabar mitos y aclarar dudas resulta fundamental para que la persona se sienta más aliviada y entienda lo que está permitido y es sano respecto al placer sexual y deje de percibir de forma inconsciente como amenazante una situación que no lo es. Resignificar el momento es clave y para eso la educación sexual es fundamental.
Mujeres tardan demasiado en pedir ayuda e instauran asociaciones negativas asociadas al acto sexual, generando así un círculo vicioso del que resulta muy difícil salir y mucho más sin contar con la ayuda necesaria.
Cada vez que experimentan dolor en la relación sexual, esto contribuye a que se asocie el acto con una experiencia negativa, lo que influye en el deseo, la excitación y en los cambios fisiológicos asociados; como la lubricación vaginal, haciendo cada vez más difícil y molesta la penetración.
Cuando la situación se reitera se comienza a anticipar las emociones experimentadas previamente y entonces la angustia anticipatoria aparece como una alerta que “previene” la situación molesta-dañina, generando un bloqueo y haciendo imposible que la persona se relaje. Está en alerta para evitar la situación de “daño o peligro”. Es entonces cuando la vagina se presenta como cerrada como una forma de evitar la situación.
POR TODO ESTO ES SUMAMENTE IMPORTANTE QUE PIDAS AYUDA PROFESIONAL Y TOMES CARTAS EN EL ASUNTO, COSA DE EVITAR QUE LAS ASOCIACIONES Y EMOCIONES SIGAN CRECIENDO Y CADA VEZ SEAN MÁS DIFÍCILES DE ELIMINAR.
Catalina Aguayo Harris
Psicóloga Clínica, especialista en Terapia de Pareja y Sexualidad
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